LUTER

En pleno apocalipsis se nos presenta LUTER con su quinto disco, “Héroe humano”. Dividido en dos partes diferenciadas y diferenciables, se aparece el de Lacoma en forma de espejo partido en dos, de fractura limpia, dejando un par de pedazos idénticos en forma y antagónicos en fondo, de tamaño natural, como natural es que el héroe se busque en ellos y el humano rehúya de sí mismo. Ni uniendo a la perfección las dos partes podremos jamás adivinar si LUTER es héroe o humano. Él tampoco lo sabe, y no le importa. Ahí nos deja el hueso y la carne, sepultados. La pala la tendremos que buscar entre líneas, nunca fue el madrileño de esconder cosas por los tinteros. La pista del paradero de la tumba nos la han de dar las moscas y los gusanos, que siempre rondan, que siempre encuentran. Ojalá el oyente no llegue a toparse jamás con el soterrado espejo, que azuzado por el calendario se habrá transformado en infinidad de héroes, en multitud de humanos, que lo alcanzarán en forma de ese miedo que a todos nos persigue desde las noches de los tiempos.